martes, 8 de septiembre de 2009

¡Socorro, que viene el pánico!

Es una sensación, un latido, una corazonada... Es un estallido inexplicable que sientes que te roba la vida, te ciega y te deja bloqueado, sin capacidad de reaccionar. Es el ataque de pánico.

Los remedios son muchos y muy variados, desde la clásica bolsa de plástico para respirar dentro (sólo para los muy valientes, por lo general hacer esto simplemente da más pánico) hasta los sofisticados recaptadores de serotonina, pasando por la psicoterapia (la mejor, la cognitivo-conductual).

Algunos remedios alternativos: la acupuntura o si lo de que te claven banderillas no te va, la variante menos heavy, la acupresura (aprende a masajear el pericardium 6, seis veces por minuto desde que te ataca la bestia http://www.ehow.com/video_4948508_acupressure-panic-attacks-pericardium-6.html). Los remedios de las Flores de Bach: el Remedio de Rescate igual vale para un roto que para un descosido, pero el que está especialmente diseñado para el pánico es el "Rock Rose" o Heliantemo. La terapia Mensendieck (en Holanda), un tipo de gimnasia que corrige errores posturales, contracturas musculares y te enseña a respirar mejor.

No sé si la ansiedad o el trastorno de pánico tienen algo que ver con la histeria femenina de los tiempos freudianos. El caso es que en aquellos tiempos histéricas las había a cientos y a miles, y a día de hoy no nos ha quedado ninguna. Los médicos de la época tenían a bien proceder al masaje terapéutico de clítoris como parte del tratamiento a la paciente histérica. No en vano Wilhem Reich, compañero de fatigas de Sigmun Freud, tituló una de sus obras La función del orgasmo, que no he leído, pero que ya sólo el título me resulta muy revelador. Al parecer la teoría es que la energía orgiástica que se acumula, de alguna forma tiene que salir al exterior... ¿y qué mejor forma que una neurosis? No sé por qué me da que los mejores vibradores se diseñaron en la era victoriana. De todas formas, ahí queda eso como terapia alternativa complementaria. Panikeros del mundo... viva la masturbación terapéutica.

Y sobre todo... no hiperventiles; no te molestes en correr, porque siempre va contigo; no intentes darle esquinazo, te encontrará; no bajes la guardia. La bestia acecha, como un puma en la soledad de Quitratue. Si te encuentras con ella, mírala directamente a los ojos y no dejes de sostenerle la mirada.

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